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Relación de dependencia «afectiva»

trabajo consciente

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RELACIONES DE DEPENDENCIA AFECTIVA

En la jerga del trabajo se suele denominar «relación de dependencia» al vinculo que une al trabajador con el empleador.

Cuando a esa frase se le agrega la palabra «afectiva» su significado adquiere otro matiz y permite vislumbrar la respuesta a un viejo interrogante ¿Por qué tanta gente acepta liderazgos autocráticos y hasta maltratos de sus «superiores». Es justamente el reconocimiento de esta superioridad la que coloca al colaborador en una posicion de debilidad y de entrega de su «poder personal».

Una cosa es respetar la organización y sus reglas y otra es necesitar del reconocimiento de Jefes y colegas para sentirse pleno y feliz. Cuando saludablemente se comparte en el trabajo hay un equilibrio, existe un reconocimiento intimo de la valía personal (autoestima) y a partir de ahí se construyen las relaciones.

Es imposible que haya libertad hasta que no se ama a uno mismo lo suficiente como para no necesitar (mendigar) el afecto de otros ,  sin la necesidad de que nos quieran y reconozcan.

Es natural que todos disfrutemos de una palmada o palabra de afecto pero cuando la carencia de ello  impide el  desarrollo  entonces se habla de dependencia afectiva.

Es posible vivir y crecer sin la necesidad de que nos quieran y sentirse completo, lleno de amor y desde ese estado  poder  amar libremente a otros.

Desde esta perspectiva, despojada de cualquier atisbo de soberbia, todo lo contrario, se comprende la humildad como  aceptación de sí mismo, es posible hacerse amigo de uno mismo, mimarse y comprenderse.

Es sabido que quien maltrata o subyuga en el fondo esconde inmensa debilidad usando el liderazgo autocrático y autoritario como armadura para no ser descubierto. Esta debilidad se disfraza también de «necesidad de ser necesitado» por eso cuando hay un jefe autoritario es preciso un colaborador con baja autoestima para que se produzca el complemento. Una simbiosis que los mantiene «enganchados» un tipo de esclavitud moderna, sin cadenas.

En ambos casos la solución es encontrarse con uno mismo y aceptarse para no necesitar hacer mérito para que lo quieran o que lo necesiten.

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